Autora: Florencia Nieto
Área temática: Arte y comunicación
Correo electrónico: [email protected]
Institución de pertenencia: Universidad Nacional de La Plata - Universidad Nacional de la Patagonia San Juan
Bosco.
RESUMEN
El Punk estalló a mediados de los años ‘70 como movimiento musical contracultural. Una forma transgresora que rompía con los cánones melódicos e ideológicos frente un contexto socioeconómico en crisis. A fines de los ‘90, el género experimentó una nueva oleada alrededor del mundo que llevó sonido y masividad al siguiente nivel. El mercado lo adoptó, jugó con él y siguió con la siguiente gran cosa.
14 de junio del 2013, la fecha de la primera edición de I wanna be punk, festival pionero punk de La Plata. Dos escenarios, ocho bandas locales. La entrada incluía el segundo disco de Thelefon, banda destacada por Marky Ramone -baterista de The Ramones-. Seba Pardo, voz y guitarra, uno de los organizadores y principales perpetuadores del movimiento en la ciudad.
El punk no es uno de los géneros destacados en el vasto under platense, pero sí forma parte de una escena y no se encuentra aislado de ningún contexto. Entendemos la significancia de Roland Barthes como Simon Frith, como el trabajo de significación. Y si nos centramos en este último, sería más que propicio poner en juego las competencias culturales, las apropiaciones y las subjetividades que conllevan a responder a aquella creación de símbolos. O a crearlos. ¿Cómo es ser punk en La Plata en el 2016 y perpetuar el movimiento? ¿Qué dicen? ¿Qué hacen? ¿Qué dicen que hacen? ¿Cómo operan desde su contracultura dentro de la escena independiente ya de por sí contracultural?